Dos equipos queiniciaron el curso liguero con buenas sensaciones y un pleno en el casillero, se veían las caras en Selhurst Park con el propósito de afianzar los buenos presagios. Los locales, comandados por Roy Hodgson salieron de inicio con su 4-4-2, donde Guaita estaba en portería, defendido por Ward, Kouyaté, Sahko y Mitchell; por delante en el doble pivote, McArthur y McCarthy, mientras que a los costados se colocaban Townsedn por la derecha y Eze por la izquierda; arriba la potencia al espacio de Ayew y Zaha. Por su parte, el Everton, hoy de amarillo, salía con el hipotético once de gala de Carlo Ancelotti: Pickford, Coleman, Keane, Yerry Mina, Digne; Allan, Doucuré, André Gomes; James, Richarlison y Calvert-Lewin.
El VAR rompe la igualdad
Los primeros compases de partido evidenciaron la idea futbolística de ambos conjuntos, motivada por la asfixiante presión a la salida de balón del rival. El Crystal Palace parecía imponerse con el balón en campo contrario, pero instantes antes de llegar al minuto 10, los toffees hilaron una magnífica jugada que colocó el 0-1 en el electrónico. James encontró a Coleman pisando área con un pase de auténtica fantasía. El capitán se zafó de su marca y soltó a Calvert-Lewin un pase de la muerte para que fusilara el arco de Guaita, que, a pesar de tocar el cuero, no pudo evitar el tanto de uno de los futbolistas más en forma del campeonato. El ariete es el máximo goleador de la Premier con cinco tantos en su haber.
A pesar del varapalo inicial, The Eagles trataban de hacer cosquillas al Everton en los pies de un Townsend muy activo por el carril derecho. La insistencia del Palace encontró recompensa en las botas del extremo británico, que botó un córner delicioso hacia la cabeza de Kouyaté. El senegalés se elevó al cielo de Londres para igualar el marcador con un testarazo en el minuto 26.
El Everton no estaba cómodo ante la efusiva presión de los locales, que pisaban constantemente campo contrario. Los hombres de Ancelotti intentaron montar algún contragolpe a la espalda de la zaga buscando la velocidad de Richarlison, aunque sin fortuna alguna. James fue aislado al costado derecho, lo que le impedía dirigir el juego de los suyos, que no encontraban vías para proponer el juego combinativo desplegado las dos jornadas anteriores. Los malos momentos del Everton se enmendaron con la intervención del VAR, que señaló penalti al Palace tras la mano de Ward posterior al envío de cabeza de Digne. Richarlison sería el encargado de convertir el penalti y adelantar de nuevo a los toffees (1-2). El tanto les proporcionó una bombona de oxígeno y se marcharon al descanso con buenos tramos de control del esférico, gracias, en parte, a la mayor aparición del colombiano en tres cuartos.
Sufrimiento con recompensa
La segunda mitad arrancó con los mismos 22 protagonistas sobre el césped. Pudo sentenciar el encuentro el Everton en los pies de Calvert-Lewin tras el envío desde el córner de James. El delantero británico entró como un tren al área, pero golpeó el balón con los tacos y su disparo se marchó lejos de la portería defendida por Guaita. Le costó al Palace volver a carburar, pero las incesantes embestidas de la primera mitad no tardaron en repetirse. A pesar de la aparente mejor colocación de los pupilos de Ancelotti, las diagonales de Townsend y Eze comenzaban a generar peligro en las inmediaciones del área de Pickford por medio de centros laterales. Tuvo Kouyaté en su cabeza el empate tras una falta botada por Townsend. Escasos milímetros impidieron que el balón entrase ante un nuevo cabezazo del central senegalés.
Por su parte, el Everton se encomendaba a la aparición de James Rodríguez para paliar los ataques de Las Águilas. Cada balón que pasaba por los pies del colombiano cobraba un aura distinta. La calidad del 19 era el pequeño atisbo de esperanza unos toffees que achicaban agua permanentemente. Los minutos corrían y Hodgson optó por retirar a Eze para dar entrada a un delantero como Batshuayi. El técnico italiano movió al equipo sustituyendo el trabajo de André Gomes por el talento de Sidgurdsson, que quedó de manifiesto con un pase picado desaprovechado por Calvert-Lewin en el área.
La próxima cita de los líderes será el próximo sábado ante el Brighton, una de las relevaciones del inicio liguero. Las gaviotas a punto han estado de rascar un punto al United sino llega a ser por la intervención del VAR. Por su parte, las Águilas se verán las caras con el Chelsea, un verdadero desafío para los de Roy Hodgson.