El plantemiento de ambos equipos era claro, y aunque las señas de identidad de uno y otro no se hicieron efectivas en el arranque de partido, poco a poco la tendencia comenzaría e inclinar el partido hacia su curso natural. El Everton salió, lógicamente a intentar dominar el partido. Ante las bajas de su pareja de centrocampistas indiscutible (Barry – McCarthy), Roberto Martínez alineó un vertical y talentoso centro del campo y media punta con hombres como Besic, Barkley, Mirallas y Lukaku. Por su parte, el QPR salió sin miedo pero con las ideas bien claras. Los visitantes, sabedores de su desventaja buscaron su oportunidad con una presión fuerte desde el primer minuto, una línea adelantada y buscando una oportunidad en el con un juego muy directo buscando claramente a sus hombres más adelantados ante la ausencia de Charlie Austin, Vargas – Hoilett.
Incertidumbre inicial
Así, los visitantes plantearon un inicio incómodo para el conjunto local, que no encontró una vía para sacar el balón jugado desde la defensa y poca fluidez en la transición centro del campo – ataque. El Everton no encontraba la estabilidad deseada y encontrada habitualmente antaño y el QPR intentó aprovechar los momentos de desconcierto para sumar efectivos en ataque, aunque con una evidente falta de claridad e ideas. Un disparo aislado de Hoilett y algún acercamiento peligroso a balón parado fueron los únicos acercamientos de los de Redknapp, que no lograron intimidar la potería defendida por Tim Howard.
Barkley tomó las riendas del encuentro
Con la llegada al ecuador de la primera parte, la dinámica del encuentro cambió ostensiblemente. El Everton dio un claro paso al frente y, comandado por la figura de Ross Barkley, comenzó a llegar con claridad al área del QPR. Los hombres de ataque toffees comenzaron a generar espaciones en la defensa rival y las ocasiones no se hiceron esperar. Los primeros en intentarlo fueron Naismith y Mirallas, desde fuera del área, sin encontrar puerta, pero a la tercera fue la vencida. Barkley trenza una rápida combinación con Lukaku para abrir la defensa y desde la frontal, conecta un poderoso zurdazo directo e imparable a la escuadra de Green para adelantar al Everton.
Barkley cambió el partido para su equipo dotando a cada jugada que pasada por sus pies de una velocidad muy difícil de defender por el rival. El Everton no estaba dispuesto a soltar el pie del acelerador y los minutos finales del primer tiempo fueron un suplicio para un QPR totalmente desbordado. La suerte no estuvo del lado de los visitantes cuando en el minuto 43 una falta botada por Mirallas golpeó en la barrera, cambiando la trayectoria, y haciendo imposible la estirada de Green.
El Everton sacó el máximo provecho de sus buenos minutos. Un buen tramo final de la primera mitad con el que los locales consiguieron una contundente ventaja que, con la mitad del partido todavía por delante, se presentaba como una losa muy pesada para un QPR que apenas había dado señales de vida en Goodison Park.
La sentencia local no se hace esperar
La primera mitad acabó con el Everton decididamente en busca de la sentencia y exactamente de la misma manera se inició el segundo tiempo. El QPR no podía superar la presión de los locales, que forzaba continuos errores y pérdidas en campo propio. Esa misma presión sobre la salida forzó un fallo en el despeje de Green y Mirallas recogió un balón que cedió en banda para McGeady que colgó un preciso centro a la cabeza de Naismith para que el escocés firmara el tercero y dejara el partido visto para sentencia.
Minuto 55 y el Everton había solucionado un partido aprovechando de una manera sobresaliente el talento individual de sus hombres de ataque y el buen momento de juego colectivo. Así, los de Roberto Martínez redujeron el ritmo y cedieron tímidamente la batuta del partido a un QPR que había quedado muy tocado.
QPR desbordado, sin reacción
Los de Redknapp no se encuentran cómodos llevando el peso del partido y así se evidenció cuando, con el 3-0 en contra, tuvieron que manejar el juego en mayor medida para intentar reducir distancias y obrar lo que se presumía como un milagro. Hoilett seguía siendo el hombre más activo del ataque de los visitantes, a pesar de que la defensa del Everton se mostró inexpugnable durante el transcurso del partido. Las únicas ocasiones del QPR llegaron en disparos lejanos del mencionado Hoilett, Fer y Mutch, ya que los de Redknapp encontraron muchas dificultades para generar juego y llegar con peligro atacando en estático.
Las entradas de Zamora y Krancjar imprimieron un plus de mordiente y verticalidad a un QPR que daba los últimos coletazos del partido. Ya entrados en el minuto 80 los visitantes consiguieron recortar distancias con un gol de Zamora, que recogió en el área pequeña un rechace de Howard tras disparo inicial de Mutch. La reacción, además de tardía fue un mero espejismo, ya que el Everton se recompuso rápidamente y contó con las dos últimas ocasiones del partido, en una buena incorporación al área de Coleman que obligó a intervenir a Green y en un buen disparo de Eto’o al poste.
Victoria clave para un Everton que se reencuentra con el triunfo, además de recuperar sensaciones positivas perdidas. Los de Roberto Martínez ponen tierra de por medio con los puestos bajos de la clasificación y se sitúan 10º con 21 puntos. Por su parte, el QPR sigue sin convencer y se mantiene en una delicada situación clasificatoria. Los de Redknapp no abandonan los puestos de descenso y siguen 18º con 14 puntos.
Fuente: Vavel