Antes del Clásico Porteño, Maximiliano Cerato había señalado que estaba en su mejor momento, sin embargo Roberto Sensini le dio apenas un par de minutos en la derrota frente a Wanderers.
El técnico de Everton al parecer cambió de opinión y anoche, contra Huachipato, le entregó camiseta de titular al argentino, que no decepcionó.
El puntero estuvo 61 minutos en la cancha, que le bastaron para desnivelar el duelo ante los acereros en una jugada de puro fútbol.
Cuevas le puso un pase difícil a Waterman, que el panameño cedió de pecho con clase a “Maxi”, quien venía en carrera diagonal hacia el arco defendido por Gabriel Castellón. El delantero oro y cielo aguantó su marca y definió al costado del golero.
La verdad es que el complemento entre los tres elementos más peligrosos del ataque evertoniano no se volvió a repetir.
En un duelo cerrado, con muchas faltas e imprecisiones de ambos equipos, finalmente el local hizo el mejor negocio, porque se quedó con tres puntos que lo catapultan al sexto puesto con 37 unidades, y queda en zona de clasificación a Copa Sudamericana.
Pese al triunfo, el nivel del cuadro viñamarino es preocupante, pues su seguridad defensiva -pese a no recibir anotaciones anoche- parece ir en declive. Además, sus fórmulas de llegar al gol están desgastadas.
Las pelotas detenidas ya no se aprovechan como antes, la simpleza de su mediocampo no funciona cuando se encuentra con marcas a presión y lo que es peor, el capitán comienza a pecar de un personalismo a ratos exasperante.
No solo anoche, sino también frente a Wanderers, Echeverría se quedó esperando el pase gol de Cuevas en inmejorable posición, pero la habilitación nunca llegó.