Tanto los jugadores como el técnico de Everton, Héctor Tapia, se habían mantenido tranquilos durante la semana pese a las dos derrotas previas al duelo frente a Ñublense.
¿El motivo? Pensar más en la final por el ascenso y en la forma de juego del equipo, que en los resultados. Sin embargo, en la tarde noche de ayer, en el pleito frente a los chillanejos, los pupilos del exentrenador de Colo Colo mostraron lo que todos los hinchas de Everton querían ver: un buen juego de la mano de un triunfo. O viceversa.
Y es que el equipo, aunque no lo reconociera, comenzaba a sumar una presión que se basaba en la ausencia de victorias bajo la dirección técnica de “Tito”. No obstante, ante el conjunto de Ñublense los evertonianos se impusieron con claridad, sobre todo en materia defensiva, y lograron aumentar la confianza de cara a la instancia decisiva que será en mayo próximo.
Ahora, el cuadro de Tapia tendrá un par de semanas para aquel partido, pero ya advirtieron desde el camarín que habrá más trabajo que descanso.
El trámite
El encuentro en Sausalito estuvo dominado de principio a fin por el cuadro local. El DT oro y cielo apostó por una formación con varios nombres que no habían sumado muchos minutos desde su llegada, como el caso de Gino Alucema, y uno que sencillamente no había sido considerado en todo el torneo, como le había pasado a Matías Blázquez.
A pesar de eso, el equipo respondió bien. El juego, muy rápido por el estado de la cancha debido a la lluvia, fue casi siempre propuesto por los auriazules.
Las bandas fueron muy utilizadas, al punto que en varios momentos Álvaro Madrid y Douglas Estay parecían más volantes que defensas. Sin embargo, la figura del partido fue José Luis Muñoz, quien se mostró movedizo y enredó a una tosca defensa chillaneja. Su rápidez más el esfuerzo de Viotti y Sánchez fue desequilibrante al momento de enfrentar a los defensas sureños.
Y fue así como llegó el único tanto del partido, en el minuto 18. Ahí, Gino Alucema filtró un pase que dejó mano a mano a “Ribery” Muñoz con el zaguero Pedreira, sin embargo el ariete no tuvo problemas para acelerar, eludirlo, y con un sendo remate cruzado anotar el gol.
Luego de eso, Everton manejó el partido y las opciones, teniendo como referente al propio Muñoz, que contó con las más claras, ya que pudo haber aumentado las cifras a los 30, 60 y 77 minutos, pero no pudo batir al portero Pablo Reinoso.
Al final, un triunfo justo para Everton, que se encuentra con un mejor fútbol y un resultado positivo para preparar lo que serán los dos partidos más trascendentes para el club desde que cayó a Primera B.
No obstante, no todo fueron buenas noticias. Nicolás Peñailillo sufrió un problema neumotoráxico, teniendo que ser internado en una clínica. Según el médico José Hormazábal, hoy sería operado y podría estar tres meses más de baja.
El Mercurio de Valparaíso.