Lejos de comenzar con el pie derecho la segunda rueda del campeonato, la actuación de Everton despertó preocupación en los simpatizantes de la institución viñamarina. Con poco peso ofensivo, escasa respuesta defensiva y cambios difíciles de entender, los oro y cielo cayeron por un gol a cero frente a un O’Higgins que celebró el triunfo como la final del Mundial, entendiendo que es uno de los serios candidatos a perder la categoría.
Los oro y cielo comenzaron el duelo jugando con Walter González y Marcos Sebastián Pol en ataque, además de un Juan Cuevas que, un poco más retrasado, era el encargado de generar fútbol. Durante los primeros minutos de brega se vio la mejor cara de los viñamarinos, siendo un cabezazo de Sebastián Pereira y un disparo de Pol que se estrelló el palo, las acciones de mayor peligro que ocurrieron en el amanecer del cotejo.
Pese al esperanzador comienzo, el elenco de Dalcio Giovagnoli comenzó a pararse cada vez mejor en el césped, logrando sacar a los viñamarinos de su área y llevando el duelo hasta la mitad de cancha. Ramón Fernández, con un disparo colocado a los 37′, provocó la espectacular volada de Johnny Herrera, quien evitó lo que pudo haber sido la apertura de la cuenta.
Así llegó el complemento, ocasión en la que los celestes aprovecharon un fulminante contragolpe para abrir el marcador. Tras un córner en favor de Everton, Tomás Alarcón comenzó la emboscada para ceder a un Francisco Arancibia que se lanzó por la derecha. El ex Universidad de Chile, al llegar a línea de fondo, sacó un preciso centro que encontró la cabeza de Gustavo Gotti, quien cabeceó fuerte y abajo para enviar al balón al fondo del arco.
Cantidad no es calidad
Con el marcador en contra, Fernando Nogara, quien reemplazó al suspendido Javier Torrente, dispuso de los ingresos de Cristian Menéndez y Matías Leiva, lo que provocó que los auriazules quedaran con cuatro delanteros en cancha; González y el “polaco” al medio y Pol con Leiva por las orillas.
El gran error de la jugada fue sacar al mismo tiempo a Juan Ezquiel Cuevas, lo que causó que el equipo se partiera y se perdieran los caminos para llegar al arco custodiado por el excalerano Augusto Batalla. De hecho, recién sobre el final de partido, Matías Leiva desvió un disparo en el área en la que fue la única llegada de peligro real que tuvo Everton durante la segunda mitad.
Con esta derrota, los evertonianos se quedaron estancados en la tabla de colocaciones con 23 unidades, y de paso extendieron su maldición jugando en el estadio Sausalito, recinto en el que no pueden sumar de a tres puntos desde febrero 2020.