Everton bajó al séptimo puesto en la tabla general -tras caer en Curicó- y sus chances de jugar la final de vuelta en Sausalito son ahora muy escasas.
Mucho se dijo en el vestuario de Everton -tras la derrota del sábado por 1 a 2 ante Curicó Unido- que el equipo mejoró mucho en relación a lo mostrado ante Barnechea y que ya de a poco, los jugadores le están tomando la mano a lo que pretende su nuevo técnico, Héctor Tapia.
Palabras que si bien, pudiesen llamar a un relativo consuelo, se desvanecen -y pierden fuerza- al constatar que Everton, el gran candidato a alcanzar el ascenso que ya logró Deportes Temuco sumó en la pesada cancha del Estadio La Granja su derrota número 12 en el actual torneo… algo impresentable para un candidato de verdad.
Es cierto, los ruleteros tuvieron dos o tres remates en los postes, buscaron el arco rival y mejoraron en relación al papelón sufrido ante Barnechea; pero, pequeño detalle… volvieron a perder, quedando incluso en desventaja cuando tenían un jugador más en cancha, debido a la expulsión del local, Yashir Pinto, en el minuto 65.
Y lo que es peor -al margen del cero por ciento de rendimiento de Héctor Tapia en Everton- es que el equipo bajó al séptimo puesto en la tabla general de ubicaciones y ahora sus chances de definir en Sausalito (pensando en la final de mayo) ya son muy escasas. De hecho, si Curicó Unido gana la liguilla de la segunda rueda, la primera final sería en Sausalito y la segunda y definitiva, en La Granja. Y si se diera la lógica en la última fecha, lo mismo sucedería con Rangers y Puerto Montt, si es que estos fuesen los rivales de Everton en una gran final.
De momento, los viñamarinos sólo definirían en Sausalito si su rival es Copiapó, Concepción o Iberia, siempre y cuando los viñamarinos venzan a Ñublense en su último pleito de la fase regular, que según la programación de la ANFP se jugará el próximo sábado 23.
La Estrella de Valparaíso.