Preocupante y vergonzoso lo de Everton en La Pampilla. Y es que un equipo que se armó para campeonar, con un plantel -al menos por nombres- estelar para el fútbol de ascenso, no puede brindar el pobre espectáculo que exhibió en su visita a Deportes La Serena. Es cierto, se jugó en un potrero y con una cancha mojada, dispareja y llena de hoyos, lo que jugó en contra del fútbol galano y de buen toque que pretende el técnico Víctor Rivero. Pero aquello no justifica las bajas individuales de un Everton que se comió un cuatro a cero vergonzoso, que siembra muchas dudas respecto a la real jerarquía del plantel viñamarino.
Previo al encuentro, la baja, por lesión, de Nicolás Peñailillo auguraba algo malo. Everton perdería el desahogo por izquierda y ya sin Felipe Salinas, tenía a la mitad de su retaguardia titular fuera del once que inició jugando. Nicolás Suárez, como lateral izquierdo, no dio el ancho y el retorno de Marcos Velásquez, no fue el de los más afortunados. Precisamente por entremedio de ambos apareció Domeneghini a los 25′, quien, sin marca alguna, superó de cabeza la resistencia de González.
Everton había insinuado más que La Serena, generándose incluso seis tiros de esquina, pero en cuanto a efectividad… muy poco. En tal sentido, preocupa el bajísimo nivel de Rafel Viotti, quien incluso debió haberse ido expulsado, por agredir a un rival en pleno segundo tiempo, pero el juez De la Rosa hizo vista gorda. En un primer tiempo de pocas luces, La Serena se fue en ventaja gracias a su mejor efectividad frente a la portería rival.
GOLPES DE GRACIA
Cualquier atisbo de reacción de Everton se fue por la borda producto de la efectividad de los atacantes sereneses y la tarde oscura de Suárez y Velásquez, en defensa. Así, a los 48′ Salazar elevó de cabeza y un minuto después, Campana aprovechó un cambio de frente para, otra vez sin marcas, empujarla de volea al arco oro y cielo. Y al rato, el “Halcón” González se comió el tercero, al no cortar un corner al segundo palo, que fue conectado de cabeza por Domeneghini a los 57′. Everton de ahí en más, fue sólo empuje, pero sin nada de fútbol. Ceratto ya no fue el mismo; Viotti, perdido y Ponce, sólo empeño. Y desde el banco, tampoco aparecieron las soluciones. Al final, el veterano Salazar estructuró una goleada que tiene que hacer reflexionar al técnico Víctor Rivero y sus dirigidos, porque jugando como lo hicieron, ayer en La Pampilla, las posibilidades de ascenso son nulas.
Fuente: La Estrella de Valparaíso.
Foto: ANFP