Ambos tuvieron oportunidades para ganarlo, pero perfectamente pudieron quedarse sin nada. Así podría resumirse el empate 2-2 entre Everton y Santiago Wanderers que ayer repartieron emociones bajo un intenso calor en Sausalito.
Un resultado justo porque los dos mostraron aciertos y errores en dos tiempos bien marcados. El conjunto oro y cielo fue el dueño de la fase inicial golpeando de entrada con un tanto de Raúl Becerra que aprovechó la desconcentración de la defensa verde y la feble oposición de Gabriel Castellón para marcar el primer tanto.
Con el marcador en contra el Decano comenzó a acercarse, sobre todo a través de pelota detenida. La zaga local respondió teniendo en Matías Blázquez a uno de sus puntos altos. Pero la opción más clara del equipo de Espinel llegó a ras de piso cuando Juan Carlos Soto ingresó por el sector derecho obligando a Eduardo Lobos a una lucida intervención.
Sin embargo Everton también respondía y en una de esas aproximaciones Cerato -en fuera de juego- era derribado por Mario Parra. El remate de Nicolás Orellana se le escapó de las manos a Castellón, lo que aprovechó Sebastián Leyton para sacar un centro que Becerra mandó a la red.
Parecía que el Clásico se quedaba en la Ciudad Jardín. A esa altura el cuadro de “Vitamina” mostraba orden y contundencia frente a un adversario que si bien llegaba, se mostraba frágil a la hora de ser exigido en la última línea.
Otro factor que jugaba en contra de los porteños era su capacidad para revertir resultados, un aspecto que había sido destacado en la previa por los viñamarinos.
Pero la banca visitante reaccionó. El ingreso de Luis Valenzuela fue una de varias modificaciones tácticas que efectuó Espinel en su intento de recuperar el dominio del balón y llegar por las bandas. Para esto último fue clave el cambio de banda de Óscar Opazo.
Cambio de libreto
Los resultados llegaron con rapidez porque a los 53′ el propio Valenzuela marcaba de cabeza el primer descuento. Ese tanto fue clave porque terminó de despertar a los verdes ante un rival que sintió el gol.
El ingreso de Kevin Medel por Sebastián Leyton no mejoró las cosas para el local porque el Decano siguió generando oportunidades hasta que llegó el mayor festejo de la tarde. A los 58′ Mario Parra se encontró con un balón a la entrada del área y sacó un remate que dejó sin opción a Lobos.
El defensa que había sido suspendido tras una denuncia de la dirigencia de Everton por conducta antideportiva -tapó con su mano el escudo oro y cielo en un lienzo de homenaje al Chapecoense- lo celebró con todo provocando la celebración del puñado de hinchas caturros que dijo presente pese a la prohibición de ingreso para los adeptos de la visita.
Ese gol terminó por cambiar completamente el giro del pleito porque a partir de allí fue el equipo de Espinel, impulsado por la remontada, el que se fue en demanda de la portería de Lobos que comenzó a transformarse en buena figura del encuentro. De hecho a los 65′ su intervención fue providencial para repeler un remate de Pavez que ingresó sólo por la izquierda.
Wanderers comenzó a marcar superioridad en el área rival y los ataques locales se hicieron cada vez más esporádicos. Javier Parraguez, Federico Pérez y Rubén Farfán tuvieron en sus pies la opción de quedarse con los tres puntos.
Pero también pudo ser para Everton porque a cuatro minutos del final, Becerra estuvo a punto de aprovechar otra intervención insegura de Castellón.
Al final fue un empate justo porque ambos mostraron argumentos para ganar el partido, pero también muchos para perderlo.
Raúl Becerra rompió su sequía
Una de las figuras destacadas de Everton en el partido ante los caturros fue el atacante Raúl Becerra. El trasandino tuvo un primer tiempo de ensueño, ya que pudo superar su irregular arranque en el Torneo de Clausura, anotando dos goles ante el elenco porteño. El goleador declaró que “para mi es lindo y es importante poder estar presente en el marcador, como para todo delantero. Pero hubiese sido una alegría aún mayor si hubiésemos podido haber ganado el clásico”.
El Mercurio de Valparaíso