El Stoke City asalta Goodison Park gracias a una gran acción individual de Bojan en la primera mitad que puso el definitivo 0-1 en el marcador. El Everton, pese a dominar el balón, no fue capaz de doblegar a un Stoke City muy seguro durante todo el partido.
Jornada de boxing day, la tradicional jornada navideña del fútbol inglés citaba en Goodison Park a Everton y Stoke City. En el equipo local, Roberto Martínez volvía a alinear a su equipo de gala tras multitud de lesiones. Así, se podía ver de nuevo el característico 4-2-3-1 con la pareja de medios – McCarthy, Barry – restaurada, Barkley en el enganche y los hombres más adelantados – Naismith, Mirallas, Lukaku – alternándose con mucha movilidad entre la media punta, las bandas y la punta de ataque. Por su parte, el Stoke City optó por la opción más simple y pragmática. Una rocosa alineación desplegada por Mark Hughes con Shawcross y Muniesa en el centro de la defensa, poderosos hombres en el centro del campo como Walters y Nzonzi y rápidos hombres en punta como Bojan, Arnautovic y Diouf.
Con ambos planteamientos claros, la idea de juego desplegada en los primeros minutos fue cristalina. El Stoke muy bien rezagado, que no encerrado, entregó deliberadamente la manija a un Everton que no se encontró cómodo en ningún momento. La defensa visitante defendía con seguridad y fiereza dejando pocos huecos y el Everton adelantaba líneas para aumentar la presión en campo rival, descuidando al mismo tiempo la espalda. En este contexto llegaron las primeras ocasiones del partido, todas del lado visitante, que en defensa no estaba dando opción alguna y estaba lanzando efectivas y peligrosas contras aprovechando las imprecisiones en la salida de balón del equipo local. Bojan y Diouf fueron un continuo incordio para una defensa muy poco acertada en el repliegue, que estaba sufriendo mucho para defender a los rápidos atacantes potters.
Mucho ruido y poco fútbol
Transcurrida la media hora de partido apenas se habían disputado unos 15-20 minutos. Jugadores de ambos equipos tuvieron que ser atendidos por diversos golpes y molestias en más de una ocasión. Lo accidentado y trabado del partido fue un lastre para el ritmo del partido. En esta situación de desconcierto e incertidumbre el Stoke se siente mucho más cómodo y comenzó a crecerse y a llegar con mayor peligro.
En la recta final de la primera mitad el partido se abrió y ofreció opciones para ambos conjuntos. El Stoke siguió llegando con peligro en rápidas transiciones de apenas dos o tres toques. Sus ataque culminaban en disparon lejanos, generalmente de botas de Bojan, el más activo. El Everton encontró la réplica en una acción de Mirallas, la única ocasión hasta el momento, que desbarató Begovic con una gran parada.
En el minuto 38, tras una peligrosa falta a favor y el Everton volcado sobre el área rival, la defensa del Stoke despejó el centro de Baines y Bojan recibió en el centro del campo con metros para correr sin oposición. Cuando el delantero español se interó en el área McCarthy lo derribó cometiendo un penalti que el mismo Bojan transformaría con seguridad.
Descuento de ida y vuelta
Debido a la alta cantidad de tiempo perdido en los primeros minutos de juego el árbitro añadió la friolera de diez minutos al final de la primera parte. En el tiempo de añadido el Everton intentó con decisión encerrar al Stoke en busca del empate. El conjunto visitante volvió a mostrarse muy bien plantado en defensa y muy dañino al atacar los espacios que dejaba la defensa local. Aún así el Everton tuvo claras opciones de empatar, con un cabezazo de Naismith que despejó Nzonzi sobre la línea de gol y un mano a mano de Mirallas frente a Begovic que el belga envió al lateral de la red.
Dominio infructuoso
Tras la reanudación, ambos equipos salieron con las ideas bien claras, todavía más que al inicio del partido si cabe. De nuevo, pese a que dominio del balón era claramente favorable al Everton el Stoke no cedió en ningún momento y pese a la presión rival, los potters no perdieron el control del partido en ningún momento.
El Everton movía el balón de banda a banda buscando un hueco que parecía no haber en la defensa rival. Los dos cambios realizados por Roberto Martínez al descanso por las lesiones de Howard y Jagielka lastraron en gran medida las opciones de reacción de un equipo incapaz de hacer daño al rival.
La posesión del Everton era totalmente estéril y Begovic observaba, desde la lejanía, como los atacantes intentaban sin fortuna acercarse a su portería. Lukaku fue el único que probó al portero bosnio en la segunda mitad con varios disparos lejanos que no conllevaron mayor peligro para el meta potter.
El Stoke dirigió el partido perfectamente hacia su terreno, atrapando al Everton en una espesa tela de araña de la que no pudo escapar. Los potters fueron muy fieles a su estilo en todo momento y en los último minutos de la segunda mitad, cuando el Everton parecía dominar con mayor claridad, más cómodos se mostraron. Bojan, Nzonzi y Diouf fueron unos puñales durante todo el partido, maximizando cualquier error de la defensa rival y finalizando cada ataque, con mayor o menor peligro, sin dejar opción de réplica al Everton.
Con la derrota, el Everton hasta la 12ª posición de la Premier League, mientras que el Stoke City se alza hasta la 11ª. Un Everton que no levanta cabeza, estancado en un nivel de juego y de resultados deficiente. Los de Roberto Martínez repiten derrota en el Boxing Day, como hicieran la temporada pasada al caer por 0-1 frente al Sunderland. Los de Mark Hughes, sin hacer ruido ni llamar la atención, se mantienen en la zona media de la tabla, alejados de los puestos de descenso y fieles a un estilo que les convierte, una temporada más, en una apuesta clara para lograr la permanencia.
Fuente: Vavel