Con el corazón partido, el capitán e ídolo máximo de Everton presenció la final de la Copa América protagonizada por el fútbol de su tierra natal y por el ponderable juego de la Roja de su segunda patria. Gustavo Dalsasso, esposo y padre de chilenas -Carolina; Micaela y Michelle- y hoy convertido en entrenador además tras egresar del INAF, comenta cómo vivió el pleito definitorio de una historia consumada desde el punto penal.
“Me preguntaron mucho antes (de la final) si me tiraba algo de Argentina. Naturalmente que sí, si nací allá, donde están mis padres y entrañas. Pero como todo lo logrado en lo profesional y personal lo he construido en Chile, país del que me nacionalicé en marzo del 2006 por amor, quería ver a la Roja triunfadora. Es que soy un tipo muy sentimental que, primero, piensa con el corazón.
“Lo sentenciado alguna vez por Néstor Isella -argentino figura de la ‘UC’ en los sesenta y también naturalizado- es muy cierto. Él dijo: ‘Yo soy más chileno que usted porque yo elegí serlo’. Cuando uno se enamora de una patria y decide adoptarla tras adquirir logros deportivos e individuales en ella, como formar una familia en base a sacrificio y amor, te hace sentir más chileno. Claro, uno tuvo la posibilidad de optar, lo que no ustedes, y afortunadamente no me equivoqué”.
Y vio a la Roja triunfadora y campeona.
Quería ver a esta generación consagrándose con un título de una envergadura mayor e histórica. Y lo obtuvo con justicia, autoridad y con un excelente juego. Esto lleva al fútbol chileno a jerarquizarse en todas sus divisiones, a ser mirado por todo el mundo y, en el caso de los integrantes de la Selección, a ser coqueteados por clubes más grandes de los que ya estaban. Su valorización ha subido muchísimo, entonces son numerosos los elementos positivos dejados por un campeonato que se quedó en Chile.
“Queremos representar a Viña siendo campeones y dejándola en Primera División”
El “Eterno Juvenil” próximo a cumplir 39 años -en septiembre- y vinculado a Everton desde diciembre de 2006, desengrana anhelos y sueños a cristalizar en la Ciudad del Deporte.
¿Cuál es su mayor sueño, Gustavo? ¿Hasta cuándo lo veremos en el arco de Everton?
Pretendo retirarme con Everton en Primera División en mayo próximo y si estoy bien físicamente y sintiéndome un aporte, me gustaría darme el gusto de estar seis meses más conformando un equipo en la A. No como titular ni capitán quizás, pero sí estando en un plantel compitiendo el primer semestre en esa división. Ese es mi gran sueño.
¿Se siente capacitado para estirar una carrera ya extensa y exitosa?
Sí. Me he cuidado siempre, lo que me da una vigencia y chispa que todavía siento no perderlas. La energía y ese contagio apasionante tampoco están en retirada. Sigo levantándome temprano a entrenar, trato de ser el primero competitivo conmigo mismo y ser un verdadero aporte gracias a mi experiencia. Por lo tanto, la magia y las ganas están intactas tras más de 19 años de trayectoria.
Después del retiro seguirá seguramente en Everton. Como entrenador posiblemente…
Me encantaría trabajar en Everton para devolverle cosas muy valiosas, implantando políticas deportivas estando dentro y fuera del campo de juego. Pero sé que debo tomar la mejor decisión porque en el romanticismo que divide al fútbol no pude, tal vez, materializar o ser alguien que se pueda dar gustos por haber generado mucha plata. Debo ser bastante inteligente y tomar la mejor determinación, y como siempre lo haré con el corazón.
Sausalito está en su corazón. ¿Qué dice del nuevo hogar deportivo?
Es un sueño cumplido, un proyecto hecho realidad para toda la hinchada y familia evertoniana. El Sausalito antiguo ya era bello por su naturaleza, por esa laguna maravillosa y por su ubicación privilegiada. Imagináte ahora como está, verlo completamente nuevo… Un estadio lleno de vivencias e historias desde el ’29 será nuestra fortaleza.
¿Y de la reinauguración celebrada justamente un 3 de junio?
Fue una noche espectacular porque juntó a compañeros estandartes del título logrado el 3 de junio del 2008, de un equipo que generó una identidad para alcanzarlo. Y emotiva también porque con ese grupo formado por verdaderos amigos jugamos en el estadio remozado. Ese equipo tuvo identidad, decía, lo mismo buscado hoy junto con un funcionamiento a concretar a partir de los primeros encuentros de la Copa Chile.
¿Es palpable la relación existente entre su club y la autoridad municipal?
Everton debe estar siempre fusionado a la Casa del Deporte y a la distinguida alcaldesa Virginia Reginato, quienes permanentemente han tenido la mejor predisposición a brindarnos todo su apoyo. Tenemos una excelente relación, agradecida por nosotros y, por lo mismo, queremos representar a Viña siendo campeones y dejándola en la primera categoría.
Desafíos dirigidos por Víctor Rivero
Ya inmersos en una nueva aventura competitiva, el portero formado en Boca Juniors bajo el alero de Carlos Bilardo, César Menotti y de Óscar Tabárez -y de compañeros como Diego Maradona, Claudio Caniggia, Juan Román Riquelme y su ídolo Carlos Navarro Montoya-, habla de este Everton orientado por Víctor Rivero.
“Está todo correcto luego de hacer una pretemporada muy auspiciosa junto con los nuevos muchachos que se han insertado sumamente bien a los integrantes del plantel anterior. Estamos todos involucrados en el mismo objetivo para entregar de la mejor manera el trabajo encabezado por Víctor, el que no tengo dudas se plasmará tanto en la Copa Chile como después siendo protagonistas de punta a punta en el Campeonato Nacional”.
¿Se siente en deuda con la hinchada luego de no ascender en el torneo anterior?
Sé que nuestra hinchada está desilusionada por no ascender con un cuadro que generó expectativa, pero siempre la ilusión vuelve a refrendarse. Esta temporada, en mi caso un enamorado de Everton y de Viña, queremos encantarla de a poco hasta hacer realidad el ascenso. Para eso necesitamos un Sausalito lleno y un equipo representado por el hincha para que los aplausos vuelvan. Queremos también ver a la parcialidad disfrutando con nuestra entrega, dejando la vida en la cancha y mojando unos colores tan amados. Nosotros somos los responsables y como tal tenemos que empezar ganando el 26 de julio (vs. Magallanes en Santiago).
Por Mario Ramírez Escudero.
Fuente: Ciudad del deporte.