Con gran expectación se vivió en el CDE la presentación de Pablo Sánchez como el nuevo entrenador de Everton.
En la directiva mexicana del cuadro oro y cielo toman la llegada de “Vitamina” como un proyecto a largo plazo más que como un mero salvador ante la compleja situación futbolística que vive el equipo, actualmente en el último puesto del Apertura.
De hecho, el conocimiento que el exvolante tiene del medio nacional, tras sus pasos por Universidad de Concepción y O’Higgins, fue el argumento que más pesó a la hora de escoger al entrenador, dejando de lado incluso la opción de Ricardo La Volpe.
“No se cayó. En ningún momento estuvo cerrado ni mucho menos”, comentó Ignacio Hierro, director deportivo del club, sobre la posibilidad de que llegara el exseleccionador de México, ratificando también que la frustrada llegada de Claudio Vivas se debió a diferencias económicas.
Otros puntos a favor de Sánchez tuvieron que ver con su estilo de juego ofensivo y su capacidad de adaptación a los ejes centrales del proyecto que el Grupo Pachuca busca implementar en Viña del Mar.
“No pensamos en alguien que viniera y nos ayudara a salir de esta situación eventual, pensamos en alguien para un proyecto largo con los mismos valores y el mismo sentido que tenemos nosotros. Encontramos en Pablo a alguien que comparte eso y el gusto por el buen fútbol, el fútbol ofensivo. Y es alguien capaz y que está abierto a poder en el camino ir modificando e irse acomodando a un modelo de juego y de trabajo”, señaló Hierro para explicar la elección del argentino.
Con objetivos claros
En medio de la presentación, Pablo Sánchez se puso la camiseta oro y cielo, unos colores que bien le sientan al otrora mediocampista, ya que son los mismos de Rosario Central, el club de sus amores y donde jugó gran parte de su carrera como futbolista.
El nuevo adiestrador de Everton llegará acompañado de Leandro Martin como ayudante técnico, Cristián Mincheli como PF, y Héctor Lastra como segundo ayudante y editor de videos.
Y de inmediato, “Vitamina” dejó en claro sus objetivos. “A corto plazo, empezar a salir de la última posición, de poder ir encontrando una idea. Después la intención es apostar a lo más alto que se pueda llegar. Hoy tampoco podemos darnos el lujo de pensar el campeonato, pero sí de salir lo más rápido posible y empezar a acomodar la situación, a acortar la diferencia con los clubes que están arriba. A partir de ahí, queremos sostener la ilusión de ser un equipo competitivo, para luego soñar e ilusionarnos en grande”, sostuvo el trasandino.
El oriundo de Rosario confesó que se inclina por un sistema de juego 4-3-3, desde el cual realiza ciertas variaciones dependiendo el partido.
“La idea es jugar con extremos, nutrir el mediocampo. La intención es ser un equipo ofensivo, aunque sin desprotegernos ni ser un equipo desequilibrado. No queremos que abunden los mano a mano en contra y para eso hay que ser precavido, pero obviamente sin dejar de pensar nunca en el arco de enfrente”, cerró Sánchez, ilusionado con devolverle la alegría a Everton.
El Mercurio de Valparaíso
Foto: Prensa Everton