Se podrían decir muchas cosas. Que fútbolísticamente no fue un buen partido, o que Santiago Wanderers y Everton estuvieron lejos de cumplir con las expectativas creadas en la víspera del Clásico Porteño. Sin embargo, en un partido con esta historia y marcado a fuego por la rivalidad entre porteños y viñamarinos, lo único importante es el marcador y el inapelable triunfo de los oro y cielo, quienes con Pablo “Vitamina” Sánchez en la banca siguen recuperando terreno en el Apertura tras un arranque de campeonato para el olvido.
Uno a cero en Playa Ancha, con más de 10 mil personas en las tribunas del Elías Figueroa y con una lluvia que a ratos se hizo intensa en el Puerto, aunque en nigún momento impidió la eufórica celebración de los visitantes junto a sus hinchas.
Fue un encuentro que tuvo a Everton como dominador de las acciones desde el primer minuto y a un conjunto caturro que se vio incómodo, y lo más preocupante, sin fútbol ni reacción.
El único gol del compromiso llegó a los 72 minutos con anotación de Rodrigo Echeverría, permitiendo a los viñamarinos sumar su segundo triunfo consecutivo para alcanzar las nueve unidades en la tabla de posisiones, mientras el Decano se queda con 12 y sufre un durísimo golpe de cara a la segunda parte del certamen.
Al ritmo viñamarino
Everton jugó al ritmo y estilo que más le convenía. Desde el primer minuto ganó el mediocampo y cada segunda pelota en disputa, mientras Santiago Wanderers se replegaba de manera inexplicable, sin aprovechar las bandas y cometiendo demasiados errores en la salida.
Los viñamarinos siempre parecieron estar más cerca de abrir la cuenta, al punto que en los primeros 45 minutos la figura del encuentro era Gabriel Castellón, quien en un par de ocasiones debió extremar sus recursos para evitar la apertura del marcador.
En el segundo lapso se esperaba la reacción local, sin embargo, el talento de David Terans nunca apareció y sí lo hizo Rodrigo Echeverría para superar a Castellón y dar por iniciados los festejos foráneos en Playa Ancha.
El Decano lo intentó, pero no tuvo reacción. Eran solo ganas de dar vuelta el resultado, y los de “Vitamina” seguían viéndose mucho mejor en el rectángulo, más allá de la expulsión de Braian Rodríguez a los 88 minutos.
Una victoria inapelable para Everton, que vuelve a ganar en Playa Ancha por torneos de Primera División como hace 36 años no lograba.
Las claves
Al ritmo viñamarino Desde el primer minuto, Everton no sólo controló el balón, sino también los tiempos. Los viñamarinos jugaron a la velocidad que ellos quisieron y en el sector del campo que más les convenía.
Ganaron en el medio Los de Pablo “Vitamina” Sánchez se apoderaron del medioterreno. Recuperaron el balón con rapidez, aprovechando los erráticos pases wanderinos y ganaron todas las segundas pelotas.
Poco fútbol caturro A David Terans se le vio falto de ritmo y de fútbol, lo que fue fatal para el Decano ya que el uruguayo es quien arma las jugadas en el Puerto. A ello se suma el tardío ingreso de Pastorini.
El Mercurio de Valparaíso
Foto: El Gráfico Chile/Photosport