Se suponía que en la cancha del Germán Becker se enfrentarían los dos mejores equipos de la Primera B: Temuco y Everton. Pero en rigor, sólo vimos a uno, ya que el cuadro viñamarino… una vez más, no apareció. Escaso nivel de juego, poca efectividad en ataque y horrores defensivos fueron la tónica para un 4-1 que dejó en éxtasis a los poco más de diez mil hinchas que apoyaron ruidosamente al local, incluso coreando -al estilo europeo- los apellidos de Comba, Martínez y Sanhueza… azuzados por la voz femenina del estadio, cada vez que el local convertía un gol.
En Everton, la propuesta de juego es hace rato pobre. Es cierto, ganaron la liguilla… pero de la propuesta ofensiva y del constante protagonismo que pregonaba Rivero, cada vez menos. Y esto no es de ahora, ya que después del receso obligado -aquel de 23 días que tuvo Everton- que el equipo cambió. Su último gran partido fue ante Rangers y de ahí una serie de triunfos 1-0 (salvo ante Barnechea) que fueron muy sufridos. Y en la liguilla, incluso en la final, primó la experiencia de jugadores que mal que mal, ya son avezados para esta categoría.
NUBLADOS EN EL SUR
Si algo hay que hacer para desdibujar a Everton es presionarlo en la salida, aprovechar las bandas, ganar en velocidad y encarar por el centro. Dicho y hecho por Temuco, elenco que desnudó por completo a los viñamarinos. Ejemplos: Cris Martínez, cargado a la izquierda y apoyado de cerca por Canío, se llevó una y mil veces a Madrid. Por el otro costado, Francisco Piña hizo lo que quiso con Nicolás Suárez, quien, incluso, debió irse expulsado. Y por el centro, Salinas estuvo particularmente errático, junto a un Velásquez que tampoco aportó soluciones.
Al medio, el pressing alto de Temuco fue clave para pinchar balones e iniciar ahí los ataques. El segundo tanto, en donde la pierde Madrid y el paraguayo Martínez se lleva fácilmente en velocidad es prueba de aquello. Carrasco, muy ofuscado y enredado con el árbitro, no aportó; el iquiqueño Contreras -que jugó al medio, cargado a la izquierda- no aportó más que el correteo; mientras que Saavedra se vio disminuido tras una fuerte entrada de Orlando Gutiérrez, que no fue sancionada con amarilla. Más arriba, el “Pulpo” González, como tantas veces, intrascendente y poco aporte para ser, quien se supone, debería alimentar con pases gol a los delanteros. Y arriba, Viotti -que si bien es goleador y todo- hace rato anda nublado y en Temuco, lisa y llanamente, no participó en el juego. Y a “Ribery” Muñoz sólo lo salvó el segundo tiempo (en donde marcó y generó algo de riesgo) ya que en el primero, la pelota hasta se le escapaba.
Entre los que ingresaron, Douglas Estay hizo un partido correcto y obviamente mejor que Nicolás Suárez (que muestra serias deficiencias en la marca) aunque Temuco bajó las revoluciones en el complemento; Ceratto no logró meterse en el juego y el debutante Matías Ramírez encaró, posee velocidad, pero tiene que ser más colectivo.
Factores como los mencionados -los que observamos en Temuco- explican lo sucedido el fin de semana pasado.
Fuente: La Estrella de Valparaíso.
Foto: soytemuco.