Se sabía desde la semana pasada, quizás un poco antes. Luis Marcoleta era el entrenador que cumplía con todos los requisitos que estaba buscando Everton para enfrentar la próxima temporada en Primera B, experiencia y éxito comprobado en el torneo de Ascenso.
Claro, porque el adiestrador puede contar que con Ñublense, Curicó Unido y en esta temporada por segunda vez con San Marcos de Arica consiguió la meta de poner a sus equipos en la serie de Honor del fútbol nacional.
Junto a eso, en su presentación oficial, el nuevo presidente del club, Antonio Bloise, valoró su calidad humana, deslizando que su conocida seriedad y apego religioso también fueron puntos que jugaron a favor del adiestrador.
Una negociación rápida (el dirigente habló de la más expedita que ha tenido en los últimos años), que terminó en un contrato firmado por un año, pero con la clara posibilidad de extenderlo si las cosas andan bien. Llega con Rodrigo Marcoleta (su hijo) como preparador físico y Jorge Molina, como ayudante de campo.
‘Espero aportar todas nuestras capacidades, acá lo que tiene que sobresalir por sobre todas las cosas es Everton, el objetivo es volver lo antes posible a Primera, pero para eso se necesita paciencia, porque los torneos de Primera B son intensos y muy largos, no es el que corre más rápido el que gana, sino el que sigue corriendo’, apuntó el DT, orgulloso de los procesos extensos que pudo desarrollar en otros clubes.
De hecho, relata que en los últimos 10 años solo trabajó en tres equipos (cuatro años en Ñublense y tres en Curicó y San Marcos), razón por la que piensa que su paso por la Ciudad Jardín se extenderá por varias temporadas.
Aquello dependerá del éxito deportivo que pueda tener con la conformación de un plantel que no estará plagado de ‘estrellas’ o compuesto por una ‘selección de Primera B’, sino por futbolistas que conoce, que tienen comprobada efectividad en la división y que sean capaces de poner en primer lugar los objetivos del equipo sobre los propios.
‘He estado al tanto de la campaña que han hecho los muchachos en Copa Chile y mi impresión es que el club tiene buenos jugadores, que hay calidad y que falta un poco de cantidad para hacer un grupo competitivo, que sea protagonista durante todo el torneo…tengo claro lo que tiene que llegar, entre siete u ocho jugadores’, adelantó Marcoleta, aunque no dio nombres, ya que se está negociando con algunas alternativas.
‘Si escucho a un jugador hablando más de él que de Everton no me va a interesar mucho’, aclaró, ‘acá me importan más los objetivos del equipo y no tanto los personales…vamos a ganar partidos jugando muy bien, y ganaremos otros no jugando tan bien, pero en esta división lo que importa es sumar, porque el punto puede marcar la diferencia en las ‘ventajas perceptibles’ con las que a veces se ganan los torneos’.
El nuevo entrenador azulamarillo entiende por eso que hay que ser pragmático, pero también de darle en el gusto a los hinchas, que en el caso de los viñamarinos tienen un paladar bastante exigente.
‘Cuando un equipo sale campeón o asciende siempre muestra atributos, pero nosotros vamos a buscar jugadores de determinadas características que se complementen a lo que ya hay…un equipo con espíritu combativo y de orden, estratégico para ganar las batallas, porque a veces se gana por inteligencia más que por ‘guapeza”, complementó Marcoleta.
La lista con los nombres que el entrenador quiere ya está entregada, pero el mismo aclara que se ‘definirá en equipo’, junto al director deportivo y a la Comisión Fútbol que lidera Iván Stambuck.
‘Esta es una institución que busca grandes objetivos, quizás le faltaba el orden que ahora quieren implementar’, cerró el estratega.
Fuente: El Mercurio de Valparaíso