A diferencia de lo ocurrido en otros partidos del torneo de Primera B jugando en el estadio Sausalito, la noche del martes Everton sufrió más de la cuenta para derrotar a Unión San Felipe. Fue un encuentro donde los oro y cielo mostraron una evidente merma de rendimiento, en especial en la faceta ofensiva y en la elaboración de juego asociado.
Se vio un equipo carente de ideas, con poca profundidad y sin armas para doblegar al rival, salvo quizá en los últimos veinticinco minutos del cotejo. Recién ahí se mostró algo de lo que acostumbra el equipo de Víctor Rivero en condición de local.
Fue por este motivo que ni el cuerpo técnico ni el plantel auriazul quedó satisfecho con el nivel alcanzado frente a los aconcagüinos. Para muchos, lo más rescatable e importante fue el resultado, aunque existe la esperanza de volver a encontrar el juego mostrado en los choques previos, sobre todo pensando en el duelo de este sábado con Deportes Concepción, donde los viñamarinos podrían abrochar una racha de tres victorias consecutivas en Sausalito si nos remontamos al cotejo con Rangers.
Muchas son las razones para explicar esta baja futbolística. Sin embargo, todos coinciden que el principal factor se debe al hecho de estar más de tres semanas sin disputar un partido oficial.
Si bien se jugaron tres amistosos en ese periodo (contra Deportes Limache, Unión La Calera y Trasandino de Los Andes), al interior del cuadro oro y cielo concuerdan que no es lo mismo que venir con ritmo de competencia al jugar cada fin de semana. Un aspecto que por poco le pasó la cuenta a los viñamarinos, y que perfectamente los podría haber privado de ocupar el quinto puesto del certamen, donde actualmente están con 13 puntos y un compromiso pendiente, y a seis unidades de distancia de Deportes Temuco, el líder exclusivo del Ascenso.
El propio técnico Víctor Rivero fue claro en su análisis después del partido. “No quedamos conformes con el rendimiento, pueden haber muchas causales del bajo desempeño en relación al que estamos acostumbrados a mostrar, producto que tuvimos una para muy larga, de aproximadamente 25 días, lo que nos quitó un poco de ritmo futbolístico, siendo que veníamos en alza en los últimos partidos. También está el hecho de que algunos jugadores no estaban para los 90 minutos”.
En esa misma línea, el adiestrador explicó que el hecho de estar tanto tiempo sin jugar “nos afectó porque mucho tiempo estuvimos sin ritmo futbolístico pese a que jugamos partidos amistosos. Pero siempre hay que ver el lado positivo y creo que nos permitió contar con jugadores que de lo contrario los hubiéramos perdido por tres partidos, así que hoy tenemos casi plantel completo”.
En relación al nivel mostrado por jugadores como Alejandro Carrasco y Nicolás Peñailillo, quienes venían volviendo de sus lesiones y jugaron en el segundo tiempo, Rivero aseguró que “la obligación de ganar no nos llevó tampoco a arriesgarlos, y jugaron máximo 45 minutos, como lo habíamos planificado. Era lo ideal para estos tres partidos en nueve días, llevarlos de menos a más. Vamos a ver cómo responden en la semana en la recuperación”.
Es así como estos días Everton intentará ponerse a tono para afrontar un duelo clave con Deportes Concepción pensando en escalar a los puestos de más arriba.
Fuente: El Mercurio de Valparaíso.